La relación entre la oración y la vida

No era un paciente de cáncer, pero estaba muy enfermo y necesitaba un trasplante de hígado. También muchas pruebas en curso, análisis de sangre y medicamentos de por vida.

Esto sucedería simplemente cruzando la calle o caminando hacia mí por Michigan Ave. Supongo que algunos de ellos se pueden ver de otras maneras, pero para mí, durante esto, cualquier cosa que interrumpa mi descenso hacia el “rincón oscuro” que es mi realidad por el resto de mi vida es bienvenida. Me esfuerzo todos los días para no dejar que el cáncer me defina y para evitar que mi familia también lo haga. Demuestra que la gente entiende lo que es, nuestras limitaciones en lo que podemos hacer al respecto, pero es una condición violenta, nada ahora cambiará eso.

Una oración cristiana por mi cáncer terminal

También cuando me deprimo y me quejo, tengo un amigo que me trae de vuelta a la realidad. Ella me mira directamente a los ojos y dice “¡pero estás vivo y estoy rezando por ti!” Funciona todo el tiempo. Déjele saber a la persona gloria oracion enferma que es importante. Los pacientes con cáncer pasan mucho tiempo discutiendo el tratamiento, los síntomas y el pronóstico. Su ser querido apreciará a aquellos que pueden encontrar algo más brillante de qué hablar.

Me encanta un buen chiste, cuanto más oscuro, mejor. Como dijo K Welch, la buena energía que me llega es bienvenida y apreciada. Solo me han dicho una cosa insensible durante todo este calvario, ella es de una cultura / país diferente y me di cuenta de que pensaba que estaba siendo útil.

• También saben que es probable que su vida sea más corta de lo que habían planeado.
• Como a cualquier padre, a Dios le encanta ver que tenemos corazones agradecidos.
• La alabanza abre las puertas del cielo y siempre debe ser parte de nuestro tiempo a solas con Dios.
• Las personas con MBC informan haber escuchado comentarios como, “Al menos tienes un tipo de cáncer ‘bueno'”, “¿No te alegra que se hayan realizado tantas investigaciones sobre el cáncer de mama?”, “Afortunadamente, tienes tantas opciones”.
• Saben que estarán en tratamiento por el resto de sus vidas.

Oraciones de calma

Tengo algunos amigos y familiares que son un apoyo maravilloso, me llevan a citas. Tráeme una comida ocasional o una recompensa de sus jardines y llámame para ver cómo estoy.

Sea cual sea el tema que elija, dejar de pensar en su enfermedad será refrescante. El tratamiento, las citas con el médico y los síntomas físicos hacen que sea difícil mantenerse al día con la vida cotidiana. Asegúrese de que su ser querido sepa que todo se solucionará. Su enfoque debe estar en la curación, no en preocuparse. Durante la terapia, se pueden observar signos como fatiga, un trastorno de la imaginación, problemas mentales, lo que demuestra que los pacientes tuvieron un deterioro en la calidad de vida después de cuatro meses de tratamiento.

Mucha gente dice que me avise si necesita algo. La sugerencia “¿Qué puedo hacer para ayudarlo?” significa mucho más.

Las creencias espirituales no solo le dan al paciente una mayor comprensión, sino que también lo hacen más compatible y maneja el estrés más fácilmente. Además, el dolor se reduce y le gusta estar más en contacto con la gente, volviéndose más sociable; por tanto, la creencia espiritual positiva es un factor importante y útil para la compatibilidad del paciente y el mantenimiento de su salud. Las revistas estadounidenses gloria rezo han expresado una relación entre la espiritualidad y sus diferentes aspectos como el tratamiento de la oración, habiendo discutido la conexión entre la oración y la mejora de la salud. Cuando una persona se debilita físicamente y es hospitalizada, su imaginación puede permitirle ir de un lugar a otro. Este lugar puede ser un lugar de curación para él, animándolo a participar en las ceremonias de oración.

Estos reflejan aún más las perspectivas y ayudan a adaptar el tratamiento. Hice quimioterapia para el cáncer de mama en Chicago en el verano; eso significa que hacía calor, calor y de ninguna manera iba a ponerme una peluca en la cabeza. De todos modos, era hora de experimentar cómo lucían los jóvenes incondicionales. Ahora, soy una mujer blanca de unos sesenta años. Lo más lindo que me dijo la gente fue: “¡Cabeza guapa!” y esto fue especialmente amistoso cuando un hombre negro (generalmente un hombre de 50 o 40 años, con un traje de negocios pero con la cabeza rapada) sonreía y decía: “Se ve bien” o algo así.