Oración Prodigiosa A La Santísima Trinidad 【2020】

oracion de la santa trinidad

Padre tu que me has dado la vida, hijo que me cubres con tu sangre y espíritu que me otorgas el libre albedrío que todos y cada uno de los seres fieles tenemos, les solicito que me cubran con su abrigo, que me den la luz que necesito y pueda tomar el sendero que me es necesario para seguir. Por lo que, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos asimismo de tu Hijo y del Espíritu Santurrón, sin distingue ni distinción.

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Oraciones Cortas A La Muy Santa Trinidad

Móntate con fe en el barco de la Santísima Trinidad. Reza esta oración con imágenes de la Santísima Trinidad en la mano para que sea más poderosa tu petición, y con mucha fe y lo ojos cerrados, Dios escuchará tus oraciones y responderá a . Como lo afirmamos previamente, la Muy santa Trinidad es Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo; tres personas diferentes englobadas en un Dios verdadero. Dios padre no engendrado, Dios hijo engendrado, y Dios Espíritu Santurrón como fuerza protectora. Es por eso que en el presente artículo queremos brindarte las mejores oraciones para que poseas la más grande protección que Dios te pueda brindar, y de este modo, puedas caminar apaciblemente sabiendo que estás llena de paz y amor. A Dios debo buscarlo en la verdad de lo diario. Y cuando lo buscas siempre se te hace aparición porque es un Dios que sale siempre y en todo momento al acercamiento del hombre.

Desde hoy y para toda la vida te consagro mi cuerpo y mi alma, todas y cada una mis potencias, la memoria, el comprensión, la intención y todos mis sentidos. Concluimos esta bella oración rezando un Credo a fin de que la luz de Dios nos guie. Te amo con toda la fuerza de mi corazón, de mi mente, mi alma y mi Espíritu. Gloria a Ti Espíritu Santo que guías y sostienes la Iglesia de Cristo por medio de sus sirvientes.

Creo en el Espíritu Beato, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Lo que he aprendido durante la vida es es que el cariño de los tres me ha tocado interiormente de una forma excepcional y su gracia jamás deja de acompañarme, singularmente en el momento en que llegaron las pruebas y todo parecía perdido. Y si en mi vida cristiana solo presto atención al Espíritu Santo, sin tener en cuenta al Padre y al Hijo, confundiré las agitaciones de mi espíritu y el fuerza vivificadora del Espíritu Beato.

• Pero lo mundano es efímero, caduco, perecedero, tan fugaz como una ráfaga de viento.
• Sugiero firmemente dedicar mi vida, mis facultades y energías, a tu servicio y gloria.

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En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo comenzamos y acabamos la misa y el trabajo divino y se confieren todos y cada uno de los sacramentos. Todos y cada uno de los salmos acaban con el Gloria Patri, los himnos, con una doxología, y las oraciones, con una conclusión en honor de las tres divinas personas. Siempre, pues, nos hace loar y venerar la Iglesia al Dios tres veces santurrón, que tanta misericordia tuvo de , pues nos dió el participar de su propia vida. La celebración de la Santísima Trinidad pide se la comprenda y celebre en la prolongación de los secretos de Cristo, como la expresión solemne de nuestra fe en esa vida trinitaria de la gente divinas, en que nos agregaron el bautismo y la redención de Cristo.

La festividad de la Muy santa Trinidad me enseña de manera fantástica que Dios es familia y red social. Que Padre, Hijo y Espíritu Beato integran la enorme familia de Dios, y que esta Trinidad está presente en mi peregrinaje escencial, junto a mí en las alegrías y las penas, que tiene un proyecto específico para mi, que me indica el sendero a proseguir y que me entrega la fortaleza para hacerlo realidad. Y el culmen de todo esto se alcanza en la Eucaristía, porque el Jesús que nos llega nos convierte en competidores de la vida trinitaria. Pero este secreto no posee porque ser algo ininteligible y también incomprensible por el hecho de que como otros misterios cristianos el de la Trinidad es mucho mayor de lo que el intelecto puede percibir.

La doctrina de la Trinidad es un fundamento del cristianismo. En el momento en que Dios se realizó hombre, Jesús nos dio la oportunidad de experimentar la Trinidad. Alabamos a la Santísima Trinidad toda vez que oramos, empezando y finalizando nuestras oraciones con la Señal de la Cruz. Rey Supremo, Constructor de los cielos y de la tierra.

De suerte, que confe­sando una auténtica y eterna Divinidad, adoramos la pro­piedad en la gente, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la que alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz. Solamente en el cielo tenemos que entender de qué forma vamos a poder nosotros tener por Cristo una auténtica participación de hijos en exactamente la misma vida de Dios. Con mi voz y mi corazón te glorifico, Padre, Hijo y Espíritu Santurrón. Toda alabanza, honor y gloria son tuyos ahora y para toda la vida, oh Santísima trinidad! Gloria a la santa e indivisa Trinidad, ahora y para toda la vida.

Y el Espíritu Santo es el Beato Aliento que nos mandan el Padre y el Hijo. Este aliento que santifica y que recuerda todo cuanto Jesús dijo.

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Te habla de Aquel a quien llama el Espíritu Beato. Te hace comprender que en el corazón de la Trinidad todo es relación. Todas las tres personas es un obsequio total para las otras dos.

Trinidad vigorosa que nos conceden las peticiones de nuestro corazón, esas que muchas veces hacemos desde el alma. La iglesia católica tiene una secuencia de oraciones que son dirigidas singularmente a los tres que juntos son uno solo, la trinidad divina. El Padre y el Hijo están en los cielos y el Espíritu Beato se desplaza en nuestro corazón como fuego. La palabra de Dios nos muestra un Dios Padre redor de todas las cosas, entonces nos presenta a Jesucristo que es el mismo Dios hecho hombre, estuvo entre y entregó su vida por mor a la raza humana, en el momento en que salió al cielo nos dejo al Espíritu Beato y en este momento podemos tener los tres. Santísima trinidad de Dios cuídame, protege a mis seres amados y bendícenos cada día de lo que nos quede de vida hasta el momento en que tengamos la esa de poder estar contigo y nos reciban con los brazos libres.

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