Oraciones de sanación católica
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Oraciones de sanación católica
No existe mejor alivio para los dolores y padecimientos del hombre que rezar una oración de sanación a Dios nuestro Señor Todopoderoso, a fin de cuentas, quién sino el Padre eterno el más indicado para devolverle la sanidad al cuerpo, mente y espíritu.
Poderosas y eficaces oraciones de sanación:
A continuación, se ofrecen algunas milagrosas oraciones especialmente pensadas para quienes padecen sufrimientos a causa de su salud, apelando a la divina gracia de Jesucristo, el salvador y señor de la tierra, Hijo del Altísimo, santo sanador y consolador de cuanto padecimiento existe en la tierra.
Antes de tomar nota, es importante recordar que los resultados de estas oraciones están sujetos a la fe con la que se haga, pues de nada valdrá su poder si no se acompaña de la plena confianza en el Padre;
del mismo modo, conviene persignarse tres veces antes de comenzar a orar y otras tres más, al finalizar, acompañados de un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Invocando la presencia de Dios, y tras pedir perdón por las faltas cometidas se ha de decir:
“Señor Eterno, bajo la luz del Espíritu Santo y cubierto con la milagrosa sangre de tu Hijo me presento ante ti con mis heridas descubiertas, mostrándote lo que guarda mi corazón
y clamando por tu misericordia para encontrar de nuevo la sanidad.
Que el poder de tu gracia me invada, no sin antes agradecerte por mi existencia, por ser mi creador
y acompañarme en cada día de mi vida; sana mi cuerpo y espíritu de cualquier perturbación o enfermedad, toca mi corazón liberándolo de ataduras o cadenas
que lo tengan esclavo para así poder entregarlo con alegría a tu servicio. Amén”
Oración católica para invocar el poder de sanación de Dios:
“Jesús mi Señor y Redentor, en esta oportunidad me entrego totalmente a ti para Gloria del Padre Eterno, poniendo en tus manos mi corazón, cuerpo, alma
y espíritu; cubre con tu sangre todo mi ser, mi sentido y lo que hoy soy.
Tú, que naciste de la Virgen María y eres Hijo de Dios, que entregaste tu vida en la Cruz para rescatarnos del mal y resucitaste, llévame a contemplar tu Gloria Eterna y cantar tus alabanzas.
Muéstrame tu infinita bondad y misericordia concediéndome el perdón de mis culpas, y devolviéndome la sanidad que solo un Dios de amor puede hacer. Amén”
Plegaria al Padre Eterno por la sanación de un enfermo:
“Padre Eterno, libérame y sana las profundidades de mi ser hasta mis raíces; que tu poder y el de tu Santísimo Hijo Jesús con su Sangre Redentora cierre cada herida y alivie todo dolor que me aqueje.
Dale libertad a mi corazón, consciente, inconsciente y subconsciente perdonando cualquier falta que te haya podido herir el amor que me profesas.
Libra a mi espíritu de todo sentimiento egoísta, juicios temerarios y orgullo de autosuficiencia; sana mi memoria del recuerdo doloroso, de cuanto haya provocado aflicción en mi alma y despeja toda duda acerca de tu amor, bondad, y misericordia.
Permíteme renunciar a lo que sea necesario para poder hacer el bien y rechazar el mal y cultiva en mí la capacidad de perdonar a quienes me han hecho daño. Amén.”